lunes, 10 de septiembre de 2012

Hay días en los que desearías no haberte levantado de la cama y que todo lo que te ocurrió fuese un mal sueño. Esos días en los que no tienes ganas de ver a nadie, ni hablar a nadie, ni hacer absolutamente nada, te bastaría con que se abriese un agujero en el suelo y te absorbiese para no volver a aparecer hasta mañana a este mundo al que hoy ves infernal. Sientes la necesidad de gritar, de llorar, de desaparecer, todo menos existir. Te peleas con quien más quieres, deseas que desaparezca de tu vista, pero a la vez deseas abrazarlo y salir de esta pesadilla en la que has despertado hoy. Hay días que deberían borrarse del calendario, días que por alguna razón se tiñen de gris y cuando pasan quieres olvidarlos para nunca más recordarlos.

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